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Mariana Torres Viller

 

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Aciertos y errores en la Gala del MET 2014

La Met Gala siempre recoge más fallos que aciertos entre sus invitados. Este año, con la temática en homenaje a Rei Kawakubo y Comme des Garçons, no fue la excepción. Desde hace ya más de 60 años, la gala recibe a la crème de la crème del mundo de la cultura y del espectáculo. No obstante, las reglas - desde entonces - han cambiado.


La oportunidad de usar un Comme des Garçons para la Met Gala es un privilegio de pocos, seleccionados por la misma Rei Kawakubo, por lo que la idea de homenajearla se resume en vestir de acuerdo con la estética que ha establecido CdG a través de los años. Parece una instrucción simple, pero a muchos les costó seguirla. Inexcusables los casos de Kendall Jenner, Emily Ratajkowski o Gisele Bündchen, que parecieron no haberse enterado siquiera del motivo del evento.

Desde 1948, el código de vestimenta para la Met Gala es, en cierto modo, tácito e implícito: los invitados asisten en homenaje a la exposición que el Instituto del Vestir del Museo Metropolitano esté inaugurando, y los trajes deben ir en consonancia con ello. ¿Por qué, entonces, son pocos los que cumplen?


En sus inicios, una entrada para la gala tenía un valor de 50$; actualmente, de no estar invitado, tu asistencia debe estar previamente patrocinada por un diseñador miembro del Consejo de Diseñadores. Después de que los directivos del evento (entre los que se encuentra Anna Wintour) aprueben tu invitación, debes pagar entre 30.000 y 50.000 dólares por una entrada individual. Entonces, si te preguntas por qué ciertas celebridades no vinculadas con el mundo de la moda atienden a la gala, es porque algún diseñador las patrocina. Ellas, por consiguiente, deben vestir de sus diseños en el evento; de modo que todos ganan: la celebridad asiste al evento y el diseñador se promociona en la noche más esperada de la moda.

De Izq. a der.: Joan Smalls, Candice Swanepoel, Behati Prinsloo.

Los ángeles de Victoria Secret, Joan Smalls, Behati Prinsloo y Candice Swanepoel, vistieron de Topshop, por un acuerdo con la marca patrocinante. Gigi Hadid, por su parte, vistió de Tommy Hilfiger, lo cual no sorprende considerando que ella misma trabaja para la marca como diseñadora. El pobre intento de Hadid por emular a la cultura japonesa, sin embargo, no fue peor que el desfase cometido por Donatella Versace y sus invitadas, Kylie Jenner y Blake Lively. Muchos asistentes, por otro lado, optaron por el color rojo, como si de alguna forma representara una alusión directa a la célebre "Colección Roja" de Comme des Garçons.


Diane Von Furstenberg, la icónica inventora del wrap dress, asistió de la mano con la supermodelo Natalia Vodianova. Natalia, con un batín de satén rosa y amarillo lima, nada más lejano a una de las creaciones de Kawakubo. El hecho de que diseñadores con tanta trayectoria como Tommy Hilfiger, Diane Von Furstenberg y Donatella Versace, por mencionar a unos pocos, den prioridad a sus intereses comerciales por encima de un homenaje a una compañera de profesión y, si nos vamos más allá, por encima de una institución que lleva más de 60 años promoviendo a la moda como fenómeno cultural, y no como una banalidad del consumismo, solo saca a relucir lo descarrilada que está la industria de la moda en su esencia. Anna Wintour vistió de su queridísimo amigo Karl Lagerfeld, un traje que ni a leguas elogiaba el conceptualismo de Comme Des Garçons. ¿Cómo los invitados van a sentir algún respeto por la temática si hasta la misma copresidenta de la gala asiste vestida como quiere?


Resulta imposible comparar las alfombras rojas de eventos como los Oscar, los Grammy o cualquier cena benéfica con la alfombra roja de la Met Gala. Esta última no supone una competencia sobre quién se viste mejor o quién se ve más elegante. La Met Gala es un evento cultural que elogia las diferentes formas en las que la moda se ha convertido en arte. No es, bajo ningún motivo, convencional y tan solo unos pocos diseñadores e invitados se esforzaron por enaltecer este propósito.


Los claros aciertos: Rihanna, Caroline Kennedy, Michele Lamy, Rick Owens, Stella Tennant, Anna Cleveland y Helena Lasichanh, todos vestidos de Comme des Garçons. Mención honorífica para Katy Perry, que gracias a la Maison Martin Margiela - hermana ideológica de Comme des Garçons - aludió a la colección nupcial de 2005 a través de un potente uso del rojo, un favorito de la diseñadora japonesa. Otro buen uso del este color, el de Rita Ora en un exquisito modelo de Marquesa. Dakota Johnson y Grace Hartzel, por su parte, recurrieron al color negro; mientras que Lilly Collins dio un paso más allá, imitando el corte de pelo de Rei Kawakubo.



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